domingo, 8 de mayo de 2011

Notas de lectura Diario para un cuento, Julio Cortázar

Narración: primera persona

2/2/1982

Escribe el mismo Cortázar, describe su estado real, piensa el por qué de escribir un cuento en vez de hacer otra cosa. Cuando quiere empezar a narrar cita a Adolfo Bioy Casares y cuenta las tres veces en que lo vio personalmente y describe cada una de ellas. En ninguna de las situaciones en que lo vio, le cuenta de Anabel, la mujer que conoció en los años ’40.

3/2/1982

Prosigue citando a Bioy, de cómo describiría el personaje de Anabel en inglés, y cómo lo haría Edgar Alan Poe también. Comienza a dar ciertos datos de ella, como su apellido, que es Flores y que a los 13 años un viajante de comercio la desvirgó en Trenque Lauquen.

4/2/1982

Cortázar quiere evadir el tema de su personaje Anabel, y compara lo bien que lo haría Bioy y Poe, cita un fragmento de filósofo Jacques Derrida en el cual habla de alguien que ama y es bello; en cambio, él se compara diciendo que el suyo no es un cuento, es un hueco, un embudo, que hay Anabel sin cuento.

Por la noche

Persiste su nostalgia y lo consume la desesperación, la nada, la subnada de la no existencia de Anabel ni la suya. Da un dato más de la mujer que hasta el momento sólo la nombró. Que estuvo con ella en una pieza de la calle Reconquista.

6/2/1982

Cita también una novela de Onetti donde encajaría Anabel. Emite más detalles: la conoció cuando entró a su oficina, con el pelo recogido, cartera de hule brillante y unos zapatos que no tenían nada que ver con las 11 de la mañana.

Por la tarde

Recuerda que cuando ya se conocían un poco mejor, por alguna charla que tuvieron, una mañana Anabel le dejó un mensaje en su oficina ya que él no se encontraba allí y volvería más tarde, porque llegaría tarde a su nuevo trabajo: el ejercicio de la prostitución, según los díarios así lo llaman.

8/2/1982

El autor aclara que cuando se conocieron, Anabel llevaba unos zapatos de plataforma de corcho y que la envió a su oficina marucha, una empleada que trabajaba con él. Cuando Anabel ingresó a su despacho fumaron y conversaron.

9/2/1982

Construye el dialogo que tuvo con ella, y el favor que le pidió, que era traducirle una carta que iba destinada a un tal William.

10/2/1982

Sitúa la época en que ocurre este hecho, donde el peronismo era ensordecedor (antiperonista). Y retoma a Anabel, que la compara con una parodia de Proust. Quiere contar un cuento capaz de mostrársela de nuevo a sí mismo. En buenos Aires, este tipo de mujeres son rechazadas y denigradas hasta la marginalidad.

11/2/1982

Cortázar se dedica a traducir las cartas que le llegan a Anabel, del estadounidense William, estás notas llegan con regalos, ropas, perfumes para ella. Anabel. Va a la oficina del autor, retira las cosas y envía una carta retribuyéndole las gracias por los obsequios, en ese lleva y trae, las cartas las escribe Cortázar, con el consentimiento de ella. En esas época que iba a su oficina, en un momento, el traductor, la besa por primera vez y quedan en ir a su pieza de Reconquista después del trabajo.

12/2/1982

El autor cuenta que salía, a parte, con una kinesióloga, que llamará Susana, para no revelar su identidad y que como era algo estable, buscaba volver a las noches de copas, elecciones caprichosas, y esto se lo brindaría Anabel.

13/2/1982

Piensa que Anabel no dejaría que él escribiera este cuento, él, un traductor público nacional diplomado.

Por la noche

Se encuentra con Anabel en la pieza de ella en Reconquista al 500, allí había whisky y una réplica de un cuadro de Quinquela Martín. La besó y consumaron el hecho, le dejó dinero debajo de un cenicero y se retiró.

16/2/1982

Anabel comenzó a hacer un dibujo de unas casitas y tres gallinas picoteando en el escritorio del autor, mientras esperaba a Cortázar que terminara de hacer una traducción. Cita también Roberto Arlt.

17/2/1982

Anabel nunca le reprochó nada ni preguntó de su familia siquiera, sólo le hacía preguntas superfluas como: si tuvo perros o si su pelo siempre fue tan corto.

Sigue en sus dudas y dando vueltas ya que aclara que le aburre releer este cuento.

Retoma, dice que en una charla que tuvo con ella en la pieza, le contó de este chico William, que tenía ojos amarillos. Pero no recuerda si tuvo este diálogo con ella o lo inventa, desvaría.

19/2/1982

Se fue a verla a Reconquista al 500, escuchaba discos de Castillo que venían de la pieza de al lado. Un tema que escucharon ambos fue “Adios pampa mia”, la hacía acordar a Trenque Launquen. A él le hacía acordar de cuando estuvo por aquellos pagos hace años atrás, allí detalla una historia en que comentaba las noches de copas en el bar y las cosas que decían los hombres de algunas mujeres que las relaciona constantemente con Anabel.

23/2/1982

Cortázar se sentía diferente a los demás clientes que ella tenía, por las cartas que escribía, por sí mismo, por las tardes en la pieza, el cine, la milonga y, a lo mejor, cariño.

También cita a Sigmund Freud, cuando escribe la palabra “episcolares”.

Ese día, Anabel fue a su despacho enfurecida pidiéndole que le hiciera el favor de escribirle a William lo que ella le iba a decir: solicitaba unos zapatos y un frasquito. Ya no se quedaba a releer la carta, le dictaba lo que debía poner en ella y se iba. Como no pasaba demasiado tiempo con ella, el traductor comenzó a escribir una carta paralela a William informándole quien era y que cuando desembarcara allí lo fuera a ver. Efectivamente, el marinero lo fue a ver, bebieron whisky y fumaron. El escritor lo detalla a William como un ser primario, sensible y peligroso.

Primera vez en el texto que escribe que ama a Anabel.

26/02/1982

La semana siguiente no la vio a Anabel, ya que estuvo con William. Mientras se dedicaba a compararla con Susana, su lenguaje, su cuerpo. Y decidió irse con Susana a Necochea unos días, Cita a Aldous Huxley, Borges y Bioy como lecturas del viaje.

27/02/1982

Discutiendo sobre libros con Susana, el escritor compra el diario “La Razón”, allí lee la noticia que Dolly muere por un poderoso tóxico (¿veneno?) en un Hospital de Ramos Mejía. Asustado, vuelve de Necochea, ya que piensa que quedará “pegado” . Al regresar se encuentra con Anabel en un bar a las 7, no recuerda los detalles de la reunión. Lo único que se da cuenta es que Anabel no “cae” que el culpable de la muerte de Dolly es William por darle ese frasco.

Se ahuyentó unos meses de la oficina y se mudó a un departamento que tenía Susana en Belgrano para perder evidencia sobre el hecho. Descubrió otras cosas de Susana y no la vio más a Anabel. Al mes y medio del suceso, desembarcó William y según sabe, se vio con Anabel y fueron a una milonga, sin importarles qué sentía el escritor, según él, un estúpido.

28/02/1982

Volvió a su oficina con la intención de que al regresar le contaría a Anabel el por qué de su ausencia, pero nunca más regresó Anabel a su oficina ni siquiera por una traducción. Se imagina que puede ser porque William le pidió que no lo vea más. Al principio la esperó vagamente aunque trató de no frecuentar los lugares en que pudiera verla.

El protagonista decidió irse a Europa y hasta ahora, con su pelo canoso, diabetes y recuerdos se dice a sí mismo que hacer un cuento sobre Anabel lo hubiera ayudado a sentirse mejor, pro ya no se convence en poder hacerlo porque no es capaz de escribir sobre ella.

Al final cita un filósofo, Jaques Derrida, quien lo menciona anteriormente.

Interpretación

Personajes principales: autor y Anabel

Personajes secundarios: Marucha, Dolly, William, Susana, portero y varios autores que cita

Lugar, microcentro porteño , Reconquista al 500 y Necochea

Narrado en primera persona. Cortázar intenta demostrar que él es el sujeto real del cuento, cita a varios autores como Bioy Casares, Edgar Allan Poe, Onetti Roberto Arlt, Aldous Huxley, el filósofo Jacques Derrida y Sigmund Freud.

Contiene una situación problemática diferente a la de otros cuentos, narrada como si fuera un diario ´del autor. Sin embargo, su narración, y la manera en que suceden los hechos, no son comprobables, la realidad no está demostrada.

Utiliza catálisis varias veces, no ahonda demasiado rápido en la descripción de Anabel, los datos los brinda a “cuenta gotas” para mantener cautivado al lector.

El desgano y la negación constante al no poder escribir un cuento sobre Anabel, aunque lo va haciendo, son reiterados.

Intenta despegarse del sentimiento que le produce escribir sobre ella, pero lo es imposible; por eso, cita lo bien que lo haría Bioy o Poe. Deja entrever que el lazo que lo une a Anabel es más fuerte que el poder escribir un cuento sobre ella.

Si bien el escritor sabe que Anabel ejerce la prostitución y se mantiene distante e indiferente un tiempo, los celos lo consumen al parecer por la imagen de William.

Romina Loffredo

Comisión Nº8

Prof: Santiago Castellano

Consigna: Análisis del cuento

Modalidad: individual

Primera escritura del texto

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